Infancia y primeros años de educación inicial

Mis primeros recuerdos escolares son de cuando tenía entre 4 y 5 años alli conoci a una de mis personas vitamina fue durante la etapa de educación inicial en un colegio mixto. Recuerdo con cariño a la profesora de 5 años, la Srta. Juana quien se convertiria en una de mis personas vitamina. Ella siempre fue muy atenta conmigo, asegurándose de que las bromas de mis compañeros, que a veces podían ser crueles, no me afectaran tanto.

Desde que nací, fui gordita, lo que me convirtió en el blanco de las bromas de otros niños. Las burlas solían girar en torno a mi peso y mi falta de agilidad para correr o hacer ejercicio en el recreo. A esa temprana edad, ya empezaba a darme cuenta de que ser diferente me colocaba en una posición vulnerable ante los demás.

Crecimiento y desafíos en la primaria

Al cumplir 5 años, comencé a crecer más rápido que mis compañeras. En primer grado, ya les sacaba más de una cabeza de diferencia. Esto, lejos de disminuir las bromas, las intensificaba. Además de las burlas sobre mi peso, ahora se sumaban las sobre mi altura.

Cuando tenía 8 años y cursaba tercer grado, empecé a usar formador de brasiers, algo que me hacía sentir fuera de lugar, ya que era poco común en niñas de mi edad. Me generaba mucha inseguridad, al punto que necesitaba llevar la mochila frente a mí para ocultarlo. Me daba vergüenza que se trasluciera a través de mi blusa escolar, temiendo las burlas constantes de ser la «extraña» del salón.

Hasta los 10 u 11 años, esa diferencia física seguía siendo notable, lo que mantenía vivo el ciclo de las bromas. Todo esto iba minando mi autoestima.

La secundaria y el inicio de la superación

A los 11 años, ya en secundaria, las cosas comenzaron a cambiar. Las chicas empezaron a crecer y las bromas fueron disminuyendo, ya que muchas de ellas también comenzaron a usar formadores de brasiers. Sin embargo, el bullying no desapareció completamente. Al mismo tiempo, enfrentaba un desafío emocional en casa: mi papá se había ido, y eso me afectó profundamente, llevándome a aislarme aún más de mi entorno.

A los 14 años, llegaría a mi vida una amiga muy especial quien se cpnvertiria en parte de mis personas vitamina, ella llego a estudiar al colegio. Ella fue clave en mi vida, dándome apoyo emocional y ayudándome a sobrellevar esos años difíciles. Al año siguiente, otra amiga se unió a nuestro dueto, y juntas formaron mis personas vitamina favoritas de la etapa escolar, lograron darme el respaldo y la fortaleza que necesitaba. Ellas se convirtieron en parte de mis primeras personas «vitamina», aquellas que me reconfortaban y lograban sacarme una sonrisa en medio de la tormenta.

Desilusiones y momentos difíciles

Justo cuando empezaba a sentirme más integrada y segura, llegó el último año escolar. Las expectativas eran altas, especialmente porque organizaron el viaje de promoción. Tenía muchas ganas de ir, pero mis planes se vieron truncados cuando mi mamá decidió que no podría asistir porque mi hermana se casaba. Aunque mis personas vitamina osea mis dos amigas lograron conseguir facilidades de pago para que pudiera unirme, mi mamá seguía firme en su decisión.

Años después, mi hermana se divorció, pero yo me quedé con la desilusión de no haber vivido ese momento tan importante con mis amigas. Algo similar sucedió con las invitaciones a las fiestas de quince.años de las compañeras de clases, solo pude asistir a dos, las de mis personas vitamina.. Con el tiempo, dejé de compartir las invitaciones, ya que sabía que me negarían el permiso.

La amistad y el rescate emocional

Finalmente, a los 15 años, asistí a una fiesta importante, pero fue gracias a la intervención de mi papá. Aunque no compartía mucho con mis compañeras de clase, mis dos mejores amigas siempre estuvieron a mi lado. Ellas fueron mi soporte, mi refugio emocional, y me ayudaron a enfrentar los desafíos de esos años.

Mi carácter en ese entonces era muy reservado. Siempre estaba a la defensiva, esperando lo peor de los demás. Me sentía atrapada entre los problemas en casa y el bullying escolar. Pero, a pesar de todo, estas dos amigas fueron mi ancla. No me dejaron sola y, gracias a su cariño y comprensión, logré mantenerme en pie.

Transformación y autoconocimiento

Con el paso de los años, entendí algo clave: no podemos darles poder a las palabras de los demás. Cada uno de nosotros demuestra quién es a través de sus acciones, y lo que decimos refleja lo que llevamos en el corazón. Hoy, sigo avanzando por la vida con seguridad emocional, amor propio y, sobre todo, con la determinación de sanar cada herida del pasado para convertirla en fortaleza.

No permitas que nadie te haga sentir menos. Eres valioso, independientemente de tu apariencia o habilidades. No necesitas apagar la luz de nadie para brillar. Cada uno de nosotros tiene una luz única, y cada uno brilla en su propio tiempo.

Un mensaje de autoaceptación y empoderamiento

El autoconocimiento es el camino hacia el amor propio. Todos tenemos días buenos y malos, luces y sombras. Lo importante es amarte tal como eres y encontrar tu camino, seguir tu proceso de transformación y aprender de cada paso, camina sin pisar a nadie. Todos merecemos respeto.

Abrázate a ti mismo en cada etapa de tu vida. Cada emoción, cada experiencia tiene un propósito. Debemos guiarnos con empatía, reconocer nuestras fortalezas y debilidades, y amarnos incondicionalmente.

Todos somos valiosos

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Te invito a seguir este blog, donde comparto mis historias de vida. Si alguna de estas  experiencias se parece a la tuya, quiero que sepas que, por más oscura que parezca la noche, siempre llega el amanecer. Con decisión y convicción, puedes dejar de ser víctima y convertirte en el protagonista de tu propia historia.

Preguntas frecuentes (FAQ)

¿Cómo afecta el bullying en la autoestima?

El bullying puede tener efectos devastadores en la autoestima, especialmente en la niñez y adolescencia. Las burlas y el acoso pueden hacer que una persona se sienta insegura y aislada. Sin embargo, con apoyo emocional y un proceso de autoconocimiento, es posible superar esos momentos difíciles.

¿Qué puedo hacer si sufro bullying en la escuela?

Es importante hablar con alguien de confianza: un familiar, amigo o profesor. No te guardes lo que sientes. Además, trabajar en tu autoconfianza y rodearte de personas que te apoyen te ayudará a superar esta etapa.

¿Cómo puedo recuperar mi autoestima después del bullying?

Recuperar la autoestima después del bullying requiere tiempo y esfuerzo. El autoconocimiento, el amor propio y rodearte de personas positivas son claves. Practicar actividades que te hagan sentir bien contigo mismo también es fundamental para sanar.

¿Por qué es importante rodearme de personas «vitamina»?

Las personas «vitamina» son aquellas que te inspiran, te apoyan y te levantan el ánimo. Son importantes porque nos ayudan a sentirnos valorados, amados y comprendidos, especialmente en momentos difíciles. Rodéate de gente que sume a tu vida.